Preguntas

Pregunta:
¿Cómo es que podemos SABER que las experiencias que parecemos estar soportando no son más que pesadillas, pero al mismo tiempo sentir angustia y pena increíbles? Mucho drama en mi vida en este momento con el divorcio, la nueva ciudad, el nuevo trabajo, el padre enfermo, los hermanos que ya no se hablan entre sí, las preocupaciones financieras y en medio de las crisis emocionales, me recordaré a mí mismo que ninguno de ellos son reales; que he participado en su creación POR ALGUNA RAZÓN. Me siento tan deprimido que la sensación de NO querer jugar más, recoger mis canicas e "irme" a casa, es completamente agotador. Luego viene la obligación de golpearme a mí mismo por enojarme tanto por "nada". Es un ciclo tan vicioso. Me he sentido DESPIERTO y diciéndome durante esos momentos que voy a aferrarme de alguna manera a esa experiencia... pero los malos sueños siempre vuelven. ¿Cuál es el secreto para pasar más tiempo en Amor y Verdad y menos tiempo en esta calle de película de terror?

Aquí está mi pregunta principal. Necesitando estar callado y sentir paz y equilibrio, regresé a mi libro de UCDM esta mañana. En el Capítulo 6 dice "Has elegido un sueño en el que has tenido malos sueños". Mi pregunta es: ¿QUIÉN eligió este sueño? ¿Y POR QUÉ? ¿QUIÉN elegiría vivir en pesadillas? Esto me parece confuso.

Respuesta:
Es la mente que cree y se identifica con el ego que parece haber elegido el sueño del olvido. La energía de la Mente Crística, dada a una falsa creencia, hizo una ilusión de un "big bang", una ilusión de un sueño de tiempo-espacio, en el que Dios / Amor / Unidad / Eternidad fueron completamente olvidados. Nada cambia en la Realidad Eterna, el Reino de los Cielos. Sin embargo, el Reino de los Cielos ha sido completamente olvidado por la mente que cree que está en el tiempo-espacio.

Los "malos sueños" y los "buenos sueños" son sueños de juicio, y la mente comprometida en el juicio "no sabe" nada. El objetivo de UCDM o cualquier camino hacia la experiencia de la Verdad es el perdón o la renuncia al juicio. El juicio no es un atributo que Dios le dio a la Mente Crística en la Creación. Vaciar la mente del juicio, que es la tarea del Espíritu Santo, requiere la voluntad de cuestionar cada pedazo de creencia en el ego y cada fragmento de lealtad al mismo. El ego fue creado por la creencia y se disipa al retirarse la fe en él. Nada puede mantenerse oculto de la Luz del Espíritu Santo.

Cuando se alcanza la totalidad de la conciencia (perdón completo o Expiación), la dualidad se ha desvanecido y es evidente que no hay nada ENTRE que juzgar. Todo lo que se ha aprendido (el intento de AGREGAR algo al Reino de los Cielos, EL CUAL es perfecto para siempre) debe ser DESAPRENDIDO. Una vez más, la mente comprometida en el juicio no sabe nada, porque el juicio es la negación del Conocimiento o el Conocimiento de Dios.

En cuanto a la pregunta "¿por qué?" Diré lo siguiente. La primera pregunta que parecía hacerse fue la del ego: "¿Qué soy yo?" Cristo es Uno con Dios en Certeza Eterna y Constancia absoluta y NO tiene ninguna pregunta. No hay razón para una pregunta imposible y no hay explicación para una situación imposible (es decir, el cosmos tiempo-espacio). Sin embargo, la Expiación es una Experiencia que termina con todas las dudas y preguntas, ya que la Expiación es la Experiencia de que la separación nunca sucedió. Uno solo puede experimentar el Instante Sagrado DESEÁNDOLO completamente, no "preparándose" para él como si fuera en el futuro. Esta es otra forma de decir "Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, alma y poder, y ama a tu prójimo como a ti mismo".

Por lo tanto, recuerda siempre que no hay nada que pueda conocerse, entenderse o descubrirse sobre el mundo del tiempo-espacio. Y abre la mente para ser Guiado y se te muestre que, si algo, se debe decir o hacer. El Espíritu Santo te dirigirá muy específicamente si estás dispuesto a escuchar. Esa es la clave. La Oración es silenciosa y receptiva, escucha la Voz de Dios y permite que el altar de la mente se despeje de todos los pensamientos de todos los tiempos. Descansamos en la Paz de Dios como Uno Mismo.

Amor y Alegría, David