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¿Es la función especial del Espíritu Santo traducir la realidad en formas?

Respuesta:
 No amado. Este es un error muy básico. La función del Espíritu Santo NO se trata de “traducir la realidad en formas”, sino todo lo contrario. El Espíritu Santo reinterpreta el sueño como un error y lo lleva a la verdad y la oscuridad la saca a la luz, no al revés. Comprender esto es fundamental para el Despertar. Es imposible llevar la verdad a la ilusión o la realidad a la fantasía. Esa es una enseñanza fundamental de “Un Curso de Milagros”.

Como dice UCDM:
Tú que te has pasado la vida llevando la verdad a la ilusión y la realidad a la fantasía, has estado recorriendo el camino de los sueños. Pues has pasado de la condición de estar despierto a la de estar dormido, y de ahí te has sumergido en un sueño todavía más profundo. Cada sueño te ha llevado a otros sueños, y cada fantasía que parecía arrojar luz sobre la oscuridad no ha hecho sino hacerla aún más tenebrosa. Tu meta era la oscuridad, en la que ningún rayo de luz pudiese penetrar. Y buscaban una negrura tan absoluta, que pudiese mantenerse oculto de la verdad para siempre en un estado de completa demencia. Más de lo que te olvidabas era de que Dios no puede destruirse a Sí Mismo. La luz se encuentra en ti. La oscuridad puede envolverla, pero no puede extinguirla. T-18.III.1:1-8

El Espíritu Santo no ve el cuerpo como lo ves tú porque sabe que la única realidad de cualquier cosa es el servicio que le presta a Dios en favor de la función que Él le asigna. T-8.VII.3.6

La Biblia dice:
“El Verbo (o pensamiento) se hizo carne. Estrictamente hablando eso es imposible, puesto que parece implicar que un orden de realidad pasó a ser otro. Los distintos órdenes de realidad, al igual que los distintos grados de dificultad de los milagros, tan solo dan la impresión de existir. El pensamiento no se puede convertir en carne excepto mediante una creencia, ya que el pensamiento no es algo físico.  T-8.VII.7:1-4

Todas las figuras del sueño son ídolos, concebidos para que te salven del sueño. No obstante, forman parte de aquello para salvarte de lo cual fueron concebidos. De esta manera, el ídolo mantiene el sueño vivo y temible, pues, ¿quién podría desear un ídolo a no ser que estuviese aterrorizado y lleno de desesperación? T-29.IX.3; 1-3

El Espíritu Santo, sonriendo dulcemente, percibe la causa y no presta atención a los efectos. ¿De qué otra forma podría corregir tu error, cuando has pasado por alto la causa enteramente? Él te exhorta a que lleves todo efecto temible ante Él para que juntos miréis su descabellada causa y se reirán juntos por un rato. Tú juzgas los efectos, pero Él ha juzgado su causa. Y mediante Su juicio se eliminan los efectos. T 27.VIII.9: 1-5

Llevar ilusiones ante la verdad, o el ego ante Dios, es la única función del Espíritu Santo. T-14.IX.1.4

El Espíritu Santo se extiende desde el Cristo en ti hasta todos tus sueños, y los invita a venir hasta Él para que puedan ser transformados en la verdad. Él los intercambiará por el sueño final que Dios dispuso fuese el fin de todos los sueños. E-pll.6.4

La mayor dificultad a la que te enfrentas para poder perdonar realmente, es que todavía crees que tienes que perdonar lo que es verdad, no lo que es ilusorio. E-pl.134.3

Esta enseñanza metafísica es esencial para experimentar el perdón tal como es, y no simplemente intelectualizar de acuerdo con el plan del ego. Es el ego que aconseja que el Espíritu Santo “...trata de traducir la realidad en formas…” El perdón es una traducción de la percepción (Expiación) que es la puerta de entrada a la Realidad, que es Abstracta y Eterna. La Realidad, o Conocimiento, está más allá de la percepción y no puede ser traducida o “reducida” a la forma o a la percepción. Sin esta comprensión, no hay experiencia de perdón, y sigue siendo un concepto del ego que sirve para hacer que el error sea real en la conciencia o reforzar que las ilusiones son verdaderas. El error debe ser llevado a la verdad, y no al revés. La Realidad no puede ser traducida o traída a formas.

Paz y bendiciones, David