Preguntas

Pregunta:
En un estado meditativo a veces soy atraído a realizar ejercicios de perdón usando la lección “Dios es el amor en el que perdono ___”. En estos ejercicios mi abuelo y tío han surgido con relación al abuso sexual. Procedo como siempre perdonandolos y a mí mismo. No tengo memorias específicas de abuso. También tengo memoria de alrededor de los 12 años en donde presencié a mi hermano y sus amigos teniendo relaciones sexuales con una niña joven, y una vaga memoria de cierto contacto sexual con mi hermana, probablemente alrededor de los 8 años.

¿Hay acaso algo específico que pueda hacer acerca de esas memorias?, ¿Cómo puedo trabajar en remover estos bloqueos de la presencia del Amor?

Respuesta:
La atracción sexual y el abuso sexual parecen ser muy diferentes para la mente dormida y soñando para el ego, la atracción es a menudo juzgada como positiva y el abuso como negativo. Sin embargo, cualquier cosa que es utilizada para reforzar la “realidad” del cuerpo en la consciencia es un intento de negar la realidad del Espíritu. Las memorias son interpretaciones del pasado que son expuestas en la conciencia y experimentadas como si estuvieran aún presentes. Las asociaciones pasadas parecen ofrecer placer o dolor, y la igualdad de estas experiencias, aparentemente distintas, debe ser reconocida antes de que éstas puedan ser liberadas como un solo error.

En el perdón la percepción errónea del abuso se va, porque ya no hay una creencia en opuestos. La percepción de un agravio requiere de una víctima y un victimario, y esto no puede ser aceptado por el perdón. La proyección de los pensamientos de ataque produjo la interpretación ilusoria del abuso. Una vez que la proyección es vista como un intento de mantener los pensamientos de ataque, esta defensa (proyección) ya no parecerá de ayuda. La Paz viene de liberar los pensamientos de ataque mientras que el ego los intenta reprimir o proyectar. Los pensamientos de ataque son sólo formas de bloquear la paz interior de la consciencia.

Hay una perspectiva del cuerpo y del mundo que ofrece sólo bendiciones. Es la Relación Santa. En ella, el cuerpo es visto como un símbolo de comunicación y no tiene valor en sí mismo. ¿Para qué es el cuerpo? (“¿Sirve a la Luz?”) es la única pregunta útil en una situación en la que han entrado pensamientos acerca del cuerpo.                                                          Deja que el Espíritu Santo te sonría y abrace a través del cuerpo, y verás que éste es la Luz del perdón. En la Luz no hay atracción o repulsión, porque lo que es completamente neutral meramente puede servir a Aquel que trae la Paz. En este Propósito está la experiencia de la Alegría. La Alegría siempre es gratificante y ofrece la perspectiva de que todas las cosas funcionan juntas para bien.

Con Amor, David