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¿Se requiere la renuncia al mundo para experimentar la paz de Dios?

Pregunta:
Recientemente he conocido a algunas personas que parecen haber renunciado por completo al mundo. Hay una parte de mí a la que le gustaría mucho ser como ellos, me encanta esa sensación de no estar solo y de tener una presencia amorosa que me cuida y apoya.  Algunos días creo que puedo hacerlo; otros días siento que no estoy realmente listo para renunciar, todavía estoy demasiado atrapado en la historia del mundo. Agradecería cualquier consejo sobre este asunto. ¿Tienes que renunciar a este mundo por completo (regalarlo todo) para realmente conocer la paz de Dios?

Respuesta:
La respuesta corta a tu pregunta es sí. Sin embargo, es muy importante permitir que el Espíritu Santo te guíe paso a paso hacia esta experiencia de renuncia, porque el ego tiene su propia versión de «renuncia». Sin un entrenamiento mental cuidadoso, la Luz interior será temida a medida que se acerque. Los milagros ahorran tiempo al colapsar el tiempo y así eliminar el miedo. Hay una cita del Curso que arroja luz sobre las versiones de renuncia del ego. Estos errores deben exponerse como la nada para que se experimente el auténtico Despertar:
«Muchos han elegido renunciar al mundo cuando todavía creían que era real. Y como resultado, se han visto abatidos por una sensación de pérdida y, por consiguiente, no se han liberado. Otros no han elegido otra cosa que el mundo, y su sensación de pérdida ha sido aún mayor, lo cual no han sido capaces de entender.
Entre estas dos sendas hay un camino que conduce más allá de cualquier clase de pérdida, pues tanto el sacrificio como la privación se abandonan de inmediato. Éste es el camino que se te pide recorrer ahora. Caminarás por esta senda cómo otros lo hacen, y aunque no parezcas ser distinto de ellos, ciertamente lo serás. Por lo tanto, podrás ayudarlos al mismo tiempo que te ayudas a ti mismo, y encauzar sus pasos por el camino que Dios ha despejado para ti y para ellos por mediación tuya.
La ilusión aún parece estar ceñida a ti, a fin de que puedas relacionarte con ellos. Sin embargo, ha retrocedido. Y no es de ilusiones de lo que te oyen hablar ni son ilusiones lo que les presentas para que sus ojos lo puedan ver y sus mentes entender. La verdad, que va delante de ti, tampoco puede hablarles a través de ilusiones, pues este camino conduce ahora más allá de la ilusión, y mientras sigues adelante los llamas para que te sigan.
Todos los caminos conducen finalmente a éste. Pues el sacrificio y la privación son sendas que no llevan a ninguna parte, decisiones que conducen al fracaso, así como metas que jamás se podrán alcanzar. Todo esto retrocede a medida que la verdad se alza en ti para que conduzcas a tus hermanos lejos de los caminos de la muerte y los encamines por la senda de la felicidad».(W-155.7.2)
Renunciar al mundo es estar libre de toda pizca de pensamiento del ego. Esta es una conclusión obvia una vez que es evidente que no puede haber excepciones a la verdad. La renuncia es un cambio aparente en el pensamiento, desde intentar pensar aparte de Dios hasta pensar en alineación con Dios. Esta transformación no implica unirse a un grupo o abandonar una sociedad, sino que implica dejar ir todos los conceptos del tiempo. El mundo percibido se basa en conceptos que Dios no creó y, por lo tanto, la mente que se ha vaciado de todos los conceptos de tiempo específicos puede finalmente adoptar el concepto final de todo incluido: La expiación. La expiación se puede equiparar con el desapego, ya que la Corrección final no tiene inversión en un autoconcepto dualista y temporal que Dios no creó.
Deja que el Espíritu Santo te convenza de que no hay nada real que deba ser «abandonado». Los milagros iluminan el camino. Ya que Dios crea el Espíritu, y la Identidad es Espíritu Eterno, la ilusión de «abandonar el pensamiento del mundo» no puede ser temerosa. Es realmente terrible creer en la realidad del mundo, porque este es el intento de separarse del Espíritu. En verdad esto es imposible, porque no hay nada aparte del Espíritu. Debido a que el Espíritu no tiene opuesto, el amanecer del Espíritu en la conciencia es simplemente inevitable.
El Espíritu Santo guiará la mente de manera muy específica mientras la mente cree en detalles. Estas son buenas noticias, ya que en cada giro aparente en el laberinto del tiempo, existe el consolador siempre presente disponible para Guiar, Responder y Bendecir. Confía en los milagros de la alegría y no te sientas tentado a comparar o contrastar personas, grupos, lugares o cosas. La verdad de nuestro ser renacerá de sí misma. Dios es recordado en el divino silencio más allá de los conceptos e imágenes. Eres perfecto exactamente como eres.
«Renunciar al mundo» es solo otra forma de decir «Abraza el Espíritu». ¡Toda la Gloria a Dios por crear el Espíritu como Uno!
Amor, David