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Si sigo al Espíritu Santo, ¿me hará cumplir mis obligaciones emocionales con mi familia?

Pregunta:
Me está costando mucho la idea de dejar de lado la «historia de la madre». Tengo hijos en casa y padres ancianos a los que ayudo. Tengo miedo de que si entrego mi vida en las manos del Espíritu Santo, me vaya bailando felizmente con Él y les deje luchar por sí mismos. Ese pensamiento me rompe el corazón. Recientemente he empezado a dudar de mi éxito en el papel que he elegido. Mi hijo está enfadado, amargado y lleno de rabia a pesar de haber tenido una infancia casi idílica.

Cuando dices que con el Espíritu Santo, las obligaciones se cumplirán mientras exista la creencia en las obligaciones, ¿se aplica eso a las obligaciones emocionales?

Respuesta:
Las obligaciones emocionales que son interpersonales se disuelven con el milagro. Sólo hay dos emociones que surgen de sistemas de pensamiento opuestos, y de las dos sólo el amor es real. Uno es siempre responsable de su estado de ánimo, y ésta es en realidad su única responsabilidad como maestro de Dios. Las bienaventuranzas de la felicidad, la paz, la alegría y la libertad son reflejos de la única emoción verdadera: El Amor. Esta es la Voluntad de Dios, y no existe nada más. El ego es la creencia de que el Amor tiene un opuesto y que el miedo puede fragmentarse en muchas formas diferentes de emoción: ira, culpa, dolor, vergüenza, envidia, codicia, etc. Siempre que sientas que seguir al Espíritu Santo dejaría a un «querido» abandonado a la lucha y al sufrimiento, permite que tu mente recuerde que Dios no pide ningún sacrificio. Lo temporal no durará y por lo tanto no tiene valor. Lo Eterno dura para siempre y por lo tanto es todo valor. Esta es la gran inversión emocional, pues la mente dormida cree que ha desechado la Eternidad y debe buscar, guardar y mantener lo temporal para su supervivencia y sustento. El milagro vuelve a traducir los símbolos del mundo y demuestra que nunca se pierde nada. Sólo la anticipación del Despertar es aterradora, porque el Despertar es siempre Amoroso. El ego interpreta el Despertar como la muerte, porque en el Despertar no hay ego. Cuando el miedo a la pérdida surja en la conciencia, da un paso atrás e invoca al Espíritu Santo para el Consuelo de Dios. Al alinearte con el milagro, la experiencia te mostrará que no hay nada que temer. Tu Familia es la Familia de Dios en Espíritu y Mente Divina y por lo tanto no tiene principio ni fin.

Con amor, David