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¿No sienten todos una gran necesidad, en el fondo, de conocer a Jesús?

Pregunta:
Sentimos que hay una gran necesidad de conocer a Jesús y conectarse desde el corazón. ¿Somos solo nosotros los que nos sentimos de esta manera, o encuentras que esta necesidad se expresa donde quiera que vas?

Respuesta:
Conocer a Jesús es conocerte a Ti mismo. Jesús es un buen tema para profundizar. Es imposible conocer al Jesús histórico, porque el verdadero Jesús es la presencia YO SOY. Muchas personas tienen resistencia al nombre de Jesús y tienen muchos problemas con él. Algunos han sido criados para temerle. Incluso Helen Schucman, quien fue la escriba del Curso, se enojó con Jesús. Gran parte de su poesía expresa sentimientos de abandono y rechazo, como si estuviera diciendo: ¿Cómo pudiste dejarme aquí?

Por otro lado, hay sentimientos de hacer que Jesús sea especial, como si fuera de alguna manera diferente de los demás. Una de las partes más confusas de UCDM, para muchos estudiantes, es cuando Jesús dice: "Perdóname tus ilusiones". La gente me pregunta: “¿Por qué tengo que perdonar a Jesús? De todas las personas, ¿por qué Jesús? Puedo perdonar a mi tío Fred o mi tía Jane, mi padre, mi madre, mis hijos, pero, ¿por qué tengo que perdonar a Jesús?". Lo que Jesús quiere decir con esto es que debemos perdonar la ilusión. Quiere decir que tendrás que perdonar el cuerpo. Tendrás que perdonar el concepto de persona de Jesús. Tendrás que perdonar a los apóstoles. Tendrás que perdonar todo el drama de hace 2000 años. Y mientras lo haces, tienes que perdonar toda la historia. En otras palabras, la idea de Cristo no es masculina o femenina, y la idea de Cristo nunca fue un cuerpo. Este es el paso final para aceptarte a ti mismo como Cristo e implica perdonar a la persona de Jesús. Jesús nos anima a aceptar las lecciones: "Soy tal como Dios me creó", "Soy Espíritu", "No soy un cuerpo. Soy libre".

Muchos cristianos quieren tener una relación personal con él, y esto es como un trampolín para ellos. Lo que realmente quieren es una sensación de intimidad con Jesús, como si los estuviera guiando en sus corazones.

Pero a medida que trabajes con "Un curso de milagros", verás que todas las relaciones personales se deshacen, y te quedas en una relación divina con nuestro Creador, al igual que Jesús; quien dijo: "Yo y el Padre somos uno". Dios no hace acepción de personas. Incluso Jesús cuando estaba en una sesión de enseñanza, se negó a detenerla por su madre. Él continuó enseñando, diciendo: "¿Quién es mi padre, madre, hermana, hermano?". Su mano se movió por toda la habitación: "El que hace la Voluntad de nuestro Padre es mi padre, madre, hermana, hermano". Así que ninguna persona era especial para Jesús. Vio que todos eran el Cristo.

Con Amor, David