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Luego de todo mi estudio del Curso, ¿por qué aún me enojo?

Pregunta:
He estado facilitando dos grupos durante los últimos tres años. Sin embargo, siento que debo ser un total principiante porque justo antes de que comenzara esta reunión, sentía una gran ira, ¡Y no sé cómo lidiar con eso!

Respuesta:
Cuando las emociones son tan fuertes, te dan un fuerte ímpetu por cambiar de opinión. Cuando la ira surge, la tentación del ego es proyectar esa ira y buscar causas en el mundo. Pero en realidad es el ego haciendo un berrinche, exigiendo que Dios haga que este mundo sea real. El ego ha estado en su juego durante mucho tiempo, siempre con la esperanza de desgastar a Dios y lograr que otorgue realidad a su fantasía. Pero Dios no sería Dios si hiciera esto. Dios es Amor Eterno y Puro. La creación de Dios, Cristo, es también Amor Eterno y Puro. El ego es la creencia de que es posible abandonar la mente de Dios y crear un mundo completamente diferente del Reino de los Cielos. El ego ha definido a Dios como un ser enojado. Él trata de decirle a Dios cómo ser Dios, y el ego ha convencido a la mente dormida de que no es posible regresar al Reino de los Cielos. Cada vez que surge ira en la mente, es el ego, determinado a tener razón sobre el mundo que creó.

En “Un curso de milagros” Jesús dice que debes mirar tu odio en toda su extensión antes de que puedas dejarlo ir. Por lo que todos quienes trabajan con el Curso llegan en su interior al punto en donde la ira es muy intensa. Es rabia. Y cuanto más trabajas con “Un curso de milagros” más te das cuenta de que la ira no se debe a nada en el mundo. En este sentido, es una ira muy generalizada. Te sientes enojado, pero ni siquiera puedes pensar en algo específico por lo cual estás enojado. Con esto, sabes que te estás acercando al fondo de tu mente. El ego establece el mundo como un mundo de dualidad, y el ego es la creencia en mentes privadas con pensamientos privados.

Hemos tenido muchas experiencias divertidas a medida que profundizamos en la mente. La clave es que cuando la ira llegue a la conciencia, invoques un milagro y podrás reírte de ella. 

Aprende a no tomarlo de manera personal porque la ira, percibida correctamente, siempre es un pedido de ayuda. Es como si tu mente estuviera diciendo: “Por favor, enséñame que no soy esta persona”.  Cuando percibes con el Espíritu Santo te ríes. Con todas las personas con las que trabajo y en las muchas reuniones en las que hablo, siempre animo a las personas a ponerse en contacto con sus sentimientos. Si no eres capaz de reconocer tus sentimientos, entonces tienes doble dificultad  para dejarla ir.

Hay dos cosas que realmente harán surgir la ira: el silencio y las relaciones. Encontrarás que cuando intentas meditar, a medida que profundizas mucho, la ira del ego se agita. Con las relaciones cotidianas, puede parecer que el ego está en tu cara. Este es realmente un momento de gratitud, porque la ira se había mantenido inconsciente y ahora ha surgido para ser sanada. Lo que está sucediendo en el mundo nunca es lo que está causando esto. Es solo que tu mente está lista y dispuesta a ser sanada. Así que, aunque se sienta difícil e intenso, es algo para celebrar. Ahora puedes dejarlo ir. Por eso es tan importante que sientas y hables sobre lo que sea que estés en contacto. También es importante ser gentil contigo mismo.

Con Amor, David