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¿El cuerpo necesita cuidado o protección?

Pregunta:
Dijiste algo como: "Cuando realmente pones tu fe en Dios, no tienes que preocuparte por ganarte la vida, seguro de salud, ejercicio, nutrición, etc." (¿Hiciste también una referencia a tener alguna deuda a la vez, no?) Pensé que Dios sólo nos ve como Espíritu y no reconoce nuestro cuerpo. ¿Es esto correcto? Si no reconoce el cuerpo o si el cuerpo es un camino por el cual creemos que podemos mantener nuestra separación de Dios y de los demás, ¿por qué Dios protegería el cuerpo? Nos creó (Espíritu) como perfectos, no como el cuerpo. ¿Es eso correcto? ¿Ha prometido proteger el cuerpo como perfecto si tenemos plena fe? ¿Cómo encaja cuando el cuerpo muere? ¿Nos promete Dios que nuestros cuerpos no saldrán del daño?

Estoy especialmente interesado/a en aprender cómo puedo superar / liberar un dolor de cabeza constante desde los 7 años de edad y múltiples tipos de dolor crónico. Sería más fácil para mí pensar más en el Espíritu y menos en el cuerpo si el dolor no exigiera tanta atención por su presencia constante.

Respuesta: Gracias por escribir y por su deseo de curación. Mi referencia a la deuda en forma era un llamado a cuestionar y liberar todas las "leyes" de ego falso (creencias) como la economía, el seguro de salud, el ejercicio, la nutrición, etc. Recomiendo el Libro de Ejercicios de UCDM Lecciones 50 y 76 para un estudio adicional sobre este tema. Para un análisis en profundidad sobre la enfermedad y la curación, sugiero la lección 136.

Dios crea el Espíritu y por lo tanto no protege el cuerpo, porque lo que Dios crea es invulnerable. En este mundo, cuando la mente se alinea con el Espíritu Santo, el cuerpo no necesita preocupación ni cuidado especial. Sin embargo, esta "protección de la mente" requiere una cuidadosa observación de la mente. Lección 136, párrafos 17-20, aborda este tema directamente. La atención, la observación mental y la rendición son todos importantes como el único "seguro de salud" verdaderamente útil. La verdadera salud comienza y termina en la mente.

La promesa de Dios es la de crear el Espíritu Eterno. Nada puede cambiar el Amor Eterno, y por lo tanto la promesa de Dios nunca puede ser quebrantada.

Amor y Bendiciones, David